El “colombiano del café” – un hombrecillo fumador de la región de los Montes Metalíferos (Erzgebirge) en Alemania

Desde hace ya bastante tiempo me rondaba la idea de hacer un “hombrecillo fumador” con la figura de algún personaje típico colombiano, una figura que de forma cálida representara a Colombia. En diferentes mercados de artesanías en Colombia, había visto ya algunos ejemplares de “hombrecillos fumadores” en figuras representativas como un indio Arhuaco, una india Wayuu, un indio Guambiano y un paisa (ver foto).

Cuando vi estas pequeñas obras de arte, me llamó mucho la atención su gran parecido con los “hombrecillos fumadores” alemanes, típicos de la región de los Montes Metalíferos (Erzgebirge). Un tiempo después, durante un viaje a esta región en 2015, tuve la oportunidad de ver de cerca este tipo de trabajo artesanal. Los “hombrecillos fumadores” que más me gustaron, por su diseño minimalista y la magnífica textura de la madera en la que estaban hechos, fueron los de la fábrica KWO en Olbernau. A raíz de mi pregunta, el director de dicha fábrica estuvo averiguando y encontró que en tiempos de la Alemania Oriental, algunos artesanos colombianos estuvieron allí para ser formados en el arte de crear figuras de madera en el torno. Esto explicaba entonces, el parecido tan grande entre las figuras que había visto en los mercados colombianos con las de esta región. Ese mismo año, en cooperación con la fábrica KWO, mandé elaborar un “hombrecillo fumador” en forma de comerciante de ron, el cual pude usar como presente de Navidad para mis amigos personales y de trabajo.

Al tiempo comencé a desarrollar la idea del hombrecillo fumador en forma de “colombiano del café”, como una especie de homenaje para la región cafetera colombiana. En diálogo constante y creativo con la empresa KWO surgió finalmente este hombre bonachón, cuya forma se conoce como “Kantenhocker” (sentado en el borde), porque están diseñados para ser “sentados” en el borde de una repisa.

Entre sus piernas sostiene un molino de café con la etiqueta “café”, en su mano izquierda una taza de café hecha con la forma original de las típicas tazas de “Café de Colombia” y en la comisura derecha de la boca, un cigarro “Don Geraldo” de Bucaramanga (reconocible por su sello azul). Fue un dolor de cabeza lograr el sombrero vueltiao que, como típico colombiano, debía llevar el hombrecillo fumador. Para esto les encargué a unos artesanos nativos de Tuchín, Córdoba (Colombia), que tejieran un sombrero típico original pero en miniatura. Después de que fracasó el intento con dos prototipos, debido a que aunque tejidos en miniatura, aún le quedaban grandes al hombrecillo, me fue claro que no se podía lograr un sombrero miniatura en el tejido original.

Y así, la fábrica KWO terminó resolviendo el problema y lo hizo de genial manera: elaboraron en el torno un sombrero de madera y le imprimieron los colores del sombrero vueltiao original que les enviamos como muestra, usando la técnica de tampografía. Así surgió el prototipo de un hombrecillo fumador encantador, que no sólo ayuda a generar ambiente navideño a través de los aromas que exhala, sino que es a la vez un portador de simpatía para Colombia y su excelente café.