La historia de una pasión (oscura)
Debo confesar que además de mi pasión por el ron colombiano (véase en la página web del consulado www.consuladohonorariostuttgart.de, la sección "Productos", "Museo del Ron Colombia") siempre he tenido una pasión especial por el excelente café de Colombia y he perseguido mi pasión por décadas.
El "Café Papa" del Departamento de Nariño
Mis "aventuras cafeteras" con el café premium colombiano comenzaron a principios de 2001. Mientras leía todos los libros relevantes en alemán sobre el café, encontré un pasaje en un libro que me cautivo de inmediato. (Mary Banks: Kaffee, Die schwarze Leidenschaft, lamentablemente hoy en día ya no se edita)."Se dice que el mejor café de Colombia es prácticamente desconocido en el mercado internacional y no proviene de ninguna de las regiones mencionadas. Se cultiva en la lejanía de las altas montañas del sur del Departamento de Nariño, cerca de la frontera con Ecuador. Este café está destinado al Vaticano y los sacos restantes son para uso exclusivo en Colombia.”
Así nació la idea del "Café del Papa" de Nariño, que estaba decidido a adquirir. Mi amigo, el tostador de café Jürgen Schulz, que por aquel entonces ya dirigía el tostadero "Der Kaffeemacher" en Villingen-Schwenningen, me permitió cumplir mi deseo. Compró para mi dos sacos de este café a un intermediario. La prensa de Villingen publicó entusiasta el siguiente titular sobre este café: "El Vaticano y Villingen" o "Dos sacos del café del Papa". Era la primera vez que el café de Nariño era llamado por su nombre sagrado.
En la Navidad de 2001 regalé este "Café del Papa", recién tostado y empaquetado en una bolsa de yute con los colores de la bandera de Colombia, a mis amigos, socios y clientes. (véase también el número 68 de la revista "Kolumbien aktuell", de diciembre de 2005, en la que escribí al respecto).
El intento de repetir esta fantasía aromática resultó extremadamente difícil.
Mi viaje a la Sierra Nevada de Santa Marta en busca del “café Kogi”
En 1988 fui a la Ciudad Perdida en una caminata de 6 días (ida y vuelta), dormí en un asentamiento de los indios Kogi. Sabía que estos indígenas cultivan su excelente café de forma respetuosa con la naturaleza: un cultivo ecológico, sin fertilizantes artificiales que crece en las escarpadas selvas naturales de las montañas, bajo la sombra de los árboles.
Quince años más tarde, en la Semana Santa de 2003, contraté a un guía privado que me llevó hasta los indios Kogi tras interminables caminatas. Sin embargo, no resultó nada de mi idea del "café indio Kogi", ya que desgraciadamente no pudieron darme nada de su café.
Seguí en la búsqueda de café especial así que junto con un caficultor de Santa Marta visité sus fincas de café en la Sierra Nevada de Santa Marta. De sus cinco fincas, sólo dos eran accesibles debido a la actividad de la guerrilla en ese momento. Desgraciadamente, tras una cata intensiva, este café me pareció demasiado suave y poco aromático.
Un intento más en el camino al "Café del Papa”
En julio de 2004 recibí la visita de un colombiano que estudiaba en Aquisgrán, Juan José Gutiérrez Puertas. Su familia tiene una finca cafetera cerca de Pasto. Juan José se hizo socio del Círculo de Amistad Colombo-Alemán y lo visitamos a él y su familia en su finca “Rosa Florida” allí nuestro “Cafetero” le encargó 30 sacos de 70 Kg. Y aquí estaba otra vez mi café sagrado en Alemania, café de las montañas de Nariño,”Café del Papa!!”. Un” final feliz” está vez para mi búsqueda. ( puede leer un poco mas sobre esta aventura en "Kolumbien aktuell", número 68, con fotos de la finca y sus alrededores).
Café del departamento del Quindío como regalo en la Navidad de 2009
Mis viajes a Colombia me han llevado varias veces a la Zona Cafetera de Colombia (Zona Cafetera o Eje Cafetero) en la Cordillera Central de los Andes. He visitado varias veces Armenia,( la capital del Quindío, el departamento mas pequeño ), porque el Círculo de Amistad Colombo-Alemán construyó allí dos edificios escolares con donaciones alemanas. Participé en las ceremonias de inauguración de estas escuelas en 2001 y 2011.
En 2009 adopté una estrategia diferente para obtener un café de primera calidad de este departamento.
Había oído hablar de un concurso internacional, la "Taza de la Excelencia", que escoge los mejores cafés de un país mediante una rigurosa selección por parte de un panel de expertos nacionales e internacionales en café. Sólo unos pocos cafés reciben este "premio de los premios" en el concurso anual.
En este punto, la empresa tostadora de café Supremo de Unterhaching pudo ayudarme. Conocí este tostador a través de la revista "Der Feinschmecker", que lo había premiado varias veces como el "mejor tostador del país". Visité a los propietarios de esta empresa familiar, Bernd y Raphael Braune -padre e hijo- enseguida en su tostadero e hice un recorrido por su empresa. ¡Y un sueño se hizo realidad! La empresa Supremo pudo comprar en subasta el ganador de la "Copa de la Excelencia" de Colombia de la finca "Pueblo Rico" en el Quindío. El caficultor ganador, Luis Alfonso Torres Barrero, sólo produjo 17 sacos de café en su finca de 23 hectáreas.
Para este café, mandé hacer unas cajitas de madera artísticamente diseñadas y pintadas a mano en Colombia y las regalé junto con un folleto informativo, a mis amigos, socios y clientes en la navidad de 2009. Así que mi café "taza de café de excelencia" también recibió un "empaque de excelencia" digno de él.
Café de clase mundial de Urrao en el departamento de Antioquia
El 23 de noviembre de 2020, mi amigo, el tostador de café Raphael Braune, me escribió, casi que sin aliento de la emoción: “hemos hecho historia!! En la subasta de la "Taza de la Excelencia colombiana” obtuvimos el primer puesto, rompiendo récord con el precio de subasta más alto jamás pagado por el café en Colombia. También ha sido la subasta más larga que hayamos tenido nunca: hemos luchado durante seis horas enteras por el café".
La plataforma digital colombiana Coffee Media escribió al respecto:
"Café antioqueño alcanzó 70 dólares por libra en subasta internacional" y "Café colombiano rompe récord histórico de precios en subasta de Taza de la Excelencia".
El orgulloso ganador de este concurso, el caficultor Felipe Henao Triana, de Urrao, en el departamento de Antioquia, había producido sólo 270 kg de este café ganador en su finca llamada "Tres Mosqueteros".
Por supuesto, inmediatamente pedí un contingente de este café de Raphael para mí y mis amigos. ¿Cuándo se tiene la oportunidad de disfrutar de un café que ha ganado el primer lugar en la competencia "Taza de la Excelencia" en Colombia y que ha hecho historia en el mundo del café? El café en las tres cajas llegaron a finales de enero de 2021y después del tueste fue empacado en latas doradas en las que se pegará mi logo personal con el motivo de la finca, Los Tres Mosqueteros (en versión de hombrecitos fumadores por supuesto).
Nuestro caficultor Henao Triana puede considerarse afortunado. No sólo se ha ganado una excelente reputación por esta distinción, sino que también ha conseguido una ganancia considerable gracias a esta subasta, que ha superado todos los estándares.
Después de todo esto, no podría haber concluido mejor mi búsqueda de 20 años del mejor café de Colombia y es posible que la búsqueda de la excelencia y mis aventuras con el café continúen en el futuro.
Gerald Gaßmann