Este año planeamos algo muy especial para nuestra visita a los niños que apadrinamos: alquilamos una chiva para el día 19 de marzo para recoger en Albán a los 13 niños apadrinados con sus familias y llevarlos a Cartago, la ciudad más cercana a Albán. El viaje en bus hasta allí dura aprox. 3 horas, así que a la hora del almuerzo recibimos en Cartago con un gran “Hallo” una chiva con el cupo completo.
Habíamos planeado almorzar juntos con los niños y sus padres para luego pasar la tarde en el “Santiago Park”, un parque de atracciones. Sin embargo, el inmenso entusiasmo de los niños al contemplar las atracciones mecánicas e instalaciones del parque, nos obligó a cambiar espontáneamente el orden de los planes y desplazar el almuerzo hacia la tarde.
Lo primero que querían hacer los niños era subirse a los carros chocones, a los que nunca se habían montado. Tras una corta explicación comenzó la gran diversión generando un choque múltiple tras otro, tal como es la finalidad de esta atracción. La emoción de los niños con las rudas vueltas de esos carros es indescriptible.
También los más pequeños se divirtieron haciendo de maquinistas en la locomotora infantil y montando después de manera ejemplar en los caballos del carrusel. En la rueda volante se divirtieron grandes y pequeños aunque algunos estaban algo temerosos al comienzo. Especialmente valientes fueron dos niñas que se arriesgaron a subir a una pared de escalada.
Después de toda esta diversión se llegó la hora del almuerzo. Las porciones pedidas por ellos mismos resultaron algo grandes, de manera que no pudieron terminarlas, lo cual no fue ningún problema, ya que la comida que quedó fue juiciosamente empacada para llevar a casa. Además el estar satisfechos no les impidió por supuesto ordenar luego el postre, del cual no quedó ni rastro.
Esta vez también tuvimos oportunidad de hablar con cada uno de los 13 niños y preguntarles acerca de su situación actual de vida, sus expectativas profesionales y sus sueños. De nuevo las repuestas más comunes acerca de la elección de una profesión fueron policía o soldado. Luego cada niño recibió un pequeño regalo de Pascua llevado de Alemania.
Pasamos un día muy agradable y con seguridad inolvidable junto a los niños y sus familias y ahora esperamos tener de nuevo un encuentro así, a más tardar en 2017.
Queremos expresar nuestra especial gratitud al Sr. Armando Lord y a su hijo Camilo Lord, ambos de Albán, quienes con gran ahínco nos ayudaron a organizar este día. Camilo además armó posteriormente un álbum de fotos con las experiencias del día y le entregó un ejemplar a cada uno de los niños.
